Nombre del grupo:
Competencias Socioemocionales, Tecnología e Inclusión Educativa
Acronimo:
GICSIE
Facultad/Escuela:
Facultad de Ciencias de la Educación
Nº PDI VIU:
7
Nº PDI externos:
1
Descripción/objetivos del Grupo:
Las teorías de la educación han puesto especial énfasis en la noción de competencias clave, entendidas como conjuntos de habilidades, conocimientos, actitudes y valores asumidos que son importantes para el desarrollo personal de cada individuo (Suelves et al., 2021). La selección y el contenido de las competencias clave se basan en valores aceptados y compartidos en la sociedad, que se presentan como necesarias para la vida personal y la participación activa en de las comunidades educativas (Savina et al., 2021). Por tanto, existe cierto consenso que un elemento de importancia para poder garantizar la educación inclusiva es el desarrollo de las competencias socioemocionales (Mondi et al., 2021). Las mismas se definen como las habilidades de los individuos para regular sus emociones y su comportamiento emocional (Pérez-González et al., 2015). Según diferentes autores (Boden et al., 2013; Eisenberg et al., 2010), hay cuatro competencias que destacan particularmente: Regulación Emocional, Prosocialidad, Autonomía Emocional y Autoestima. La regulación emocional puede definirse como cualquier estrategia destinada a mantener, aumentar o suprimir un estado afectivo en curso (Tsortanidou et al., 2022). En la medida en que el profesorado sea capaz de regular sus emociones y tomar decisiones autónomas, se sentirán comprometidos y motivados para mejorar su competencia profesional y realizar acciones que favorezcan su profesión, su proceso de formación, así como también el proceso educativo de su alumnado (Bielak & Mystkowska-Wiertelak, 2022). La autonomía emocional, entendida como la capacidad de sentir, pensar y tomar decisiones por uno mismo, permite al docente convertirse en su propia “autoridad de referencia” (Mikulic et al., 2015; Gross, 1999). La autonomía emocional se sitúa en un punto de equilibrio equidistante entre la dependencia emocional y el desapego afectivo. Por su parte, la prosocialidad se refiere a las acciones voluntarias realizadas en beneficio de los demás, como compartir, donar, cuidar, consolar y ayudar (Brackett et al., 2010; Colomeischi, 2015). Finalmente, la autoestima se define como la valoración uno mismo y es congruente con el estado emocional que se percibe en los otros (Collie et al., 2015). Tal y como afirma Schonert-Reichl (2017), varias revisiones realizadas en los últimos años indicaron que las competencias socioemocionales del profesorado no parecen recibir mucho énfasis en sus procesos formativos. Solo unos pocos estudios han examinado hasta qué punto los programas de formación del profesorado cubren temas relevantes para el ámbito de desarrollo socioemocional y su aplicación práctica. Sin embargo, esos estudios han encontrado consistentemente que los programas prestan poca atención a brindarles al profesorado los insumos que necesitan para desarrollar su competencia social y emocional propia y, por ende, de sus estudiantes, así como para promover ambientes educativos que mejoren el éxito de los y las estudiantes en este ámbito (Carroll et al., 2022; López-López y San Martín, 2021;). El objetivo principal del GICSIE es analizar las diferentes competencias socioemocionales en el ámbito educativo y su impacto en la inclusión educativa. Algunas de las principales líneas de trabajo son: 1. Autoestima, regulación emocional, autonomía emocional y prosocialidad en docentes en formación; 2. Expresiones de las competencias socioemocionales que se vieron afectadas por la pandemia del COVID-19 en profesorado de educación secundaria; 3. Actitudes del profesorado hacia la inclusión educativa; 4. Las relaciones entre las competencias socioemocionales y las actitudes hacia la inclusión educativa en alumnado y profesorado.

Miembros del grupo:

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